sábado, 8 de diciembre de 2012

¿Y la educación preescolar?


¿Y la educación preescolar?

Hace unos días escuché a un especialista en educación superior decir “que hay una relación muy importante entre la educación primaria y secundaria y la educación superior”. Obviando un nivel educativo que casi siempre no es tomado en cuenta y parecería que es hasta subestimado no sólo por especialistas educativos nacionales sino también extranjeros.

Se puede ver que en los medios de comunicación masivos hay un debate constante sobre el seis por ciento para las universidades públicas y ahora sobre el tema de la universalización del sexto grado de primaria; dejándose al margen la educación preescolar y se promueve la idea de que cualquier nivel y modalidad del sistema educativo requiere más atención del Estado y de la sociedad civil que la educación preescolar. Aunque se sabe a ciencia cierta y hay suficientes evidencias de que en su mayoría las instituciones de los niveles educativos de preescolar, primaria, superior y de las modalidades de educación de adultos, brindan un servicio de baja calidad. Sin embargo, es mucho más preocupante en lo que respecta a la educación preescolar.

Muchos tal vez piensan que en los centros de educación preescolar el niño sólo juega, pinta y canta, porque no saben que es a través de una correcta aplicación de la ludopegadogía que el niño puede aprender muchas cosas, adquirir buenos hábitos y ser muy feliz porque socializa con otros niños de su misma edad.

Investigaciones sobre la biología del aprendizaje demuestran que si bien el cerebro es plástico y la educación un proceso continuo que se da a lo largo de la vida, existen momentos en que éste se encuentra en mejores condiciones para aprender y es durante los primeros años, es decir, en la etapa preescolar, en la que los niños son especialmente sensibles al desarrollo de destrezas básicas.

Por lo tanto, la experiencia temprana de socialización resulta determinante para el desarrollo cognitivo y psicoafectivo del niño, lo que se consigue en un centro preescolar con docentes capacitados y especialistas en las áreas cognitivas y socioemocionales, pero éstos deben estar también debidamente remunerados para tener la motivación de prepararse y brindar una mejor educación a los niños.

Que el niño reciba estimulación temprana resulta clave para reducir el bajo nivel de rendimiento escolar y las probabilidades de repitencia en un 40 ó 50 por ciento en la primaria y secundaria. Por lo consiguiente si se invierte en educación preescolar se puede reducir la necesidad de realizar costosas intervenciones posteriores.

Estudios realizados en los Estados Unidos de América, muestran que el niño que ha recibido educación preescolar aumenta su coeficiente intelectual y también adquiere notables beneficios en las habilidades sociales y emocionales. Llegan más motivados a la educación primaria. Un dólar que se invierte en la primera infancia tiene un retorno de ocho dólares más tarde.

En conclusión, el lugar donde se imparte educación preescolar debe contar con personal especializado en niños, la infraestructura debe ser la adecuada, debe contar con recursos didácticos adecuados y necesarios, y el currículo debe responder a un proyecto o metodología, pero antes de todo esto se debe partir del concepto de educación preescolar como segundo hogar.

Publicado en La Prensa el 10 de septiembre de 2012.
http://www.laprensa.com.ni/2010/09/15/opinion/37813--educacion-preescolar

viernes, 23 de noviembre de 2012

Importancia de la evaluación


La importancia de la evaluación

La evaluación, hoy en día, ha cobrado una singular importancia en el ámbito educativo, pero no sólo en el desempeño del estudiante, sino también en los procesos de su aprendizaje, el currículo (en sus distintos niveles de concreción), la práctica docente, las instituciones educativas, el sistema educativo en su conjunto, etc. Desarrollando en los últimos años un nuevo escenario para las prácticas evaluativas, en todos los niveles de manera muy importante.

Se ha dejado de lado el concepto tradicional de la evaluación que es la de medir,  pues ahora se le considera más como una herramienta que ayuda a la mejora, mediante la orientación y ajustes al proceso.

En Nicaragua, debido al marcado arraigo cultural de las prácticas tradicionales de evaluación, que tiene como finalidad central el sancionar, provoca una resistencia a que se evalúe la metodología docente, el diseño curricular, a la institución educativa y del sistema educativo en su conjunto. Pero, ¿Para qué evaluar? ¿Para hacer leña de árbol caído? Se evalúa para tener conocimientos de las fortalezas  con el fin de valorarlas y de las debilidades para trabajar más en ellas.

Mientras en otros países latinoamericanos se está utilizando a la evaluación como herramienta para mejorar los procesos educativos y por ende elevar la calidad educativa en todos los subsistemas educativos; en Nicaragua se percibe una resistencia hacia ella y se pretende alcanzar la calidad educativa sin saber en qué situación se está y hacia dónde se va, es decir, sin tener parámetros de comparación implícitos o explícitos, elemento sine qua non para emitir juicios de valor.

Es que no sólo elevando el presupuesto al sector educativo es que se mejorará su calidad, como algunas personas bien intencionadas proponen y exigen que se haga, porque si un proceso está mal diseñado o funciona mal, su resultado seguirá siendo el mismo de mala calidad, por más que se produzca en cantidad y, por consiguiente, con un mayor despilfarro.

Es una aseveración muy elemental, por lo menos para los que entienden la diferencia entre eficacia y eficiencia.

Publicado en La Prensa el 04 de febrero de 2012.

http://www.laprensa.com.ni/2012/02/04/voces/89589-cartas-al-director

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La investigación del saber



LA INVESTIGACIÓN DEL SABER

La universidad es un lugar en donde se desarrolla la ciencia porque es un sitio en el  cual se aprende a utilizar científicamente el intelecto; por lo tanto no se debe considerar a la investigación como una opción sino una condición para su auténtica existencia.

Se ha tratado de justificar la creación de muchas universidades en Nicaragua  como un medio de ampliar el acceso de la enseñanza y de la profesionalización a todas las esferas de la sociedad, se considera que si existe una mayor cantidad de universidades, el país tendrá mayores oportunidades de salir del subdesarrollo, aunque esto no necesariamente redunde en la calidad de la docencia, de la enseñanza y de un aporte efectivo a la sociedad a través de la investigación.
  
Las grandes transformaciones tecnológicas y científicas que se están experimentando hoy en día y que ocurrieron a lo largo del siglo pasado son fruto del estudio y de la investigación en los recintos universitarios.

La universidad es una institución que debe tener como razón de ser la investigación y la creación del saber, para poder resolver algunos de los problemas de desarrollo que se plantean a la sociedad. Además, es donde se aprende a investigar, analizar y debatir cuantas respuestas se ofrecen como fruto del estudio. La universidad no debe temer la confrontación, sino que ésta la fecundiza y animiza su vida porque expresa la pluralidad de las ciencias.

Los estudios superiores buscan, precisamente, ser superiores a los secundarios y esa superioridad no debe estar confirmada por la cantidad mayor de asignaturas sino por la profundidad del estudio. Entonces, se debe promover entre los estudiantes la orientación hacia un rendimiento de calidad.

En materia de educación, se debe estar consciente de la necesidad de un cambio radical y ese cambio, concierne a la institución universitaria.

Por eso primero se tiene que asegurar el perfil y la función de las universidades existentes en Nicaragua. Considero que es pertinente agregar que la tarea de la universidad de comunicar saberes ya establecidos, es obsoleto. Es la hora de la búsqueda y perfeccionamiento de la investigación para enriquecer, rectificar y perfeccionar lo conquistado. No hay que reducir la función de la universidad a sólo a la de impartir enseñanza porque sería denigrarla y empobrecerla.

Publicado en La Prensa el 24 de Junio de 2011

http://m.laprensa.com.ni/opinion/64610


viernes, 26 de octubre de 2012

La pedagogía de la memorización y la copia



-Arturo Rojas Huerta-
Muchos docentes que dicen que tratan de eliminar la memorización en sus alumnos en sus actividades pedagógicas lo fomentan inconscientemente o debido a la falta de preparación que ronda el  50% de los docentes a nivel nacional.

Lo que mata el estimulo de pensar, crear, innovar e inventar es la pedagogía de la memorización y la copia. Aunque también se debe considerar a la memorización como un tipo de copia porque aprender de memoria lo que el profesor dictó es fotocopiar mentalmente para luego reproducirlo en la hoja del examen.

Se puede ver que en los países que lideran en ciencia y tecnología en el mundo son los que han apostado a una educación de calidad que entre algunas de sus características está el estimular en los discentes: la innovación, la creatividad y la investigación.

¿Pero cómo estos docentes fomentan la pedagogía de la memorización y la copia?

Porque aprueba al que repite sin olvidar puntos ni comas lo que está en el libro o lo que el docente les dictó en su cuaderno.

Porque el alumno cuando no entiende lo que el profesor explicó y ante el temor de que éste lo “azareé” o se exponga a la burla de sus compañeros, trata de aparentar que aprendió mediante la copia o la memorización.

También fomentan la memorización cuando no se le estimula al estudiante a decir lo que piensa sin sentirse avergonzado o por que lo que piensa no coincide con lo que le dictó el profesor o con lo que está en el libro de texto. O también sentirse burlado o agredido psicológicamente por el docente.

El docente aprueba con calificaciones altas a los alumnos que memorizan y plasman en el papel del examen lo que aparece en el libro o en el cuaderno. Pero algunos estudiantes más pragmáticos y “eficientes” prefieren no perder el tiempo memorizando y lo copian directamente de la fuente y de esta manera se aseguran de haber hecho una copia fiel al original y así asegurarse una alta calificación por parte del docente.

Ante esto los alumnos más hábiles al ver que no se les valora sus propias ideas o sus comentarios por más coherentes que estos sean, y a pesar de sentirse inconformes y estafados con la forma de evaluar, se unen a la pedagogía de la memorización y la copia para no salir con notas muy bajas o en el peor de los casos aplazados.

Ante un sistema educativo que confunde retención educativa con bajar la exigencia académica, copiarse es una forma sencilla para salir del paso.

Por lo tanto para tratar de evitar la pedagogía de la memorización  el docente debe organizar sus actividades educativas en función de alentar a pensar, crear e innovar en sus estudiantes y así también aportar a su autoestima y desarrollar capacidades científicas; y  romper de una vez por todas con la cultura de la memorización y la copia y estimular la innovación.

El autor es especialista en proyectos educativos y docente universitario.


Publicado en La prensa el 10 de enero de 2011

http://www.laprensa.com.ni/2011/01/10/opinion/48595

viernes, 12 de octubre de 2012

El uso de los celulares en las horas de clase


El uso de los celulares en las horas de clase

-Arturo Rojas Huerta-

Los celulares han inundado el aula de clases por los adolescentes y jóvenes. Esto genera preocupación en los profesores porque estos aparatitos no son dejados ni a sol a ni a sombra y perturban los tiempos que debe tener el proceso de enseñanza-aprendizaje; dejando de ser un elemento útil de seguridad de los estudiantes a un elemento “distractor”.

En mi práctica docente he podido ver como muchos adolescentes están constantemente observando ansiosos la pantallita del celular a ver si hay un mensaje o una llamada entrante y dejan de lado el trabajo del aula o no prestan atención a las explicaciones sobre el tema de clase.

El uso del celular por los adolescentes y en especial en el aula de clase se ha convertido en un patrón cultural, que son hábitos que se aprenden simplemente al vivirlos y sin necesidad de hacerlos conscientes. Y que como ya se señaló, ocasiona trastornos en el aprendizaje, molestias e interrupciones en las clases cuando los mantienen encendidos.
Cuando a los estudiantes se les pide que apaguen o entreguen el celular se desesperan o miran mal al docente como si éste les hubiera pedido algo inapropiado.
Estos aparatitos además permiten que se utilicen los mensajes como “machotes electrónicos”, lo cual puede permitir copiarse en el examen si el docente no está muy atento o se descuida un poco.
Estos celulares son un instrumento valiosísimo si se utilizan adecuadamente porque permite hablar con una persona desde cualquier lugar de manera ambulatoria, además de ser útil para la seguridad de los niños porque los mantiene en contacto con su familia y los padres saben donde están y estos se puedan comunicar rápidamente con ellos si tienen algún problema.
 Aunque el celular permite hablar desde donde uno quiera; se debe controlar la compulsión de hablar todo el tiempo por él.  
El celular no debe dominar todos los espacios. Se pueden y deben apagar en ciertas circunstancias: como cuando se maneja, un piloto en el avión, un jugador en medio del partido o un estudiante cuando está en clases o está estudiando. Porque Aprender requiere atender. Y debe respetarse ese momento. Así de simple. Son todas cosas de riguroso sentido común; y no necesitan ser reglamentadas.

Y a manera de conclusión: ninguna escuela puede permitir que un alumno mantenga su celular encendido en clase, porque distrae y es una falta de respeto al docente y a la clase que imparte.

Publicado en La prensa el 30 de abril de 2011



viernes, 5 de octubre de 2012

SOLIDARIDAD



-Arturo Rojas Huerta-

 Mucho se habla de este valor, pero totalmente carente de significado, confundido con un vago sentimiento de malestar ante la desgracia de los demás.

Para que la solidaridad conduzca al desarrollo de los pueblos y al conjunto de hombres, debe ser verdadera, evidente, activa, perseverante, constante... porque la solidaridad es entrega, absolutamente opuesta al deseo egoísta que impide el verdadero desarrollo.

La solidaridad primero se debe practicar en la familia, luego en la comunidad, más tarde en la sociedad. El desarrollo y el bien de todos es también el mío y de cada uno.

La solidaridad es unión, mientras que el egoísmo es aislamiento. La solidaridad favorece el desarrollo; el egoísmo, la pobreza.

También aprovecha los bienes, los distribuye, los comparte, los multiplica; mientras que el egoísmo los corrompe, los hace estériles, los pervierte para hacerlos plataformas de podredumbre, de riquezas desbordantes de inutilidad y vergüenza.

La solidaridad es parte de nosotros porque está en la naturaleza misma del ser humano y se relaciona directamente con su también naturalísima tendencia social.

Por lo tanto podemos decir que las personas que se oponen a la solidaridad son —no sólo negativas—, sino también antinaturales; son señales patológicas en una persona que no reconoce la dignidad de la persona humana ni se ha dado cuenta —ciego de ambición—, de que todos somos verdaderamente responsables de todos.

Así como la solidaridad nos humaniza; la falta de ella nos pervierte, nos aleja y nos hace negar hasta nuestra propia naturaleza humana.

La falta de práctica de la solidaridad se evidencia en todos los ámbitos de la sociedad y más aún en la clase política; siempre tratando de anteponer sus intereses a los del pueblo, enfermos de ambición, egoísmo, perfidia buscan como beneficiarse y acomodarse mejor.

Practiquemos la solidaridad y no lo dejemos sólo para los estrados o discursos, que así todos saldremos adelante.


Publicado en La prensa, el 10 de febrero de 2010

viernes, 28 de septiembre de 2012

EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA


Educación


Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.


Immanuel Kant (1724-1804), filósofo alemán.



EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA


La democracia es bastante utilizada y pronunciada en los discursos, sin ningún contenido o tergiversada como sinónimo de gobierno autoritario y de ciudadanos amedrentados y contenidos. Por lo tanto nuestro deber como ciudadanos es urgente y necesariamente reflexiva.

Sin libertad de conciencia, sin libertad de opinión, la democracia es una palabra desprovista de contenido. Nada es más humillante para un pueblo que guardar silencio por miedo a la censura o al castigo.

Durante muchos años se tiene la perjudicial costumbre de no hablar ni siquiera a media voz, de disimular, por lo que democracia ha terminado siendo una utopía.

Si repasamos la historia de los pueblos nos daremos cuenta que la democracia es algo muy vivo, pero que exige un esfuerzo constante, inteligente de parte de los ciudadanos y que no se consigue mediante el ruego o callándonos lo que nuestra conciencia moral nos dice que está mal.

Los jóvenes son la gran reserva moral del país y ellos son los convocados a esta gran reflexión. La vida cívica no es un asunto que debe serles ajeno. Y una de las tareas a que estamos convocados se relaciona con la educación. Porque la democracia, como sistema adecuado de vida republicana, no es una mera palabra sin sentido, sino un modo de concebir y vivir la vida y una manera de estar presentes en la historia. No se trata de una frase memorizable para los discursos o días patrios y luego al olvido. Se trata de una concepción de vida que compromete nuestras energías, nuestros sentimientos, nuestra formación intelectual, nuestra ética y abarca a toda la sociedad en su conjunto.

En la escuela se ofrece cursos de cívica. Pero debemos dejar en claro algo, una cosa es educar y otra es instruir. Se instruye para adoptar modelos homogéneos, memorizar conceptos e información y ejercitar actividades y comportamientos que no necesitan ser objetos de reflexión ni de crítica. Y lo que hacen en la escuela es dar instrucción cívica. Educar es un concepto más rico y muy distinto: despierta y orienta la capacidad para el análisis y estimula la reflexión personal; descubre el mundo de la voluntad y ofrece caminos para adquirir la verdad por cuenta propia.

La educación busca que nos realicemos como personas. Pues bien, sin educación no hay democracia, porque solamente con la educación asegurada la expresión del voto reflejará fielmente el pensamiento y la voluntad del ciudadano.

Por todo ello, los jóvenes son hoy realmente soldados de la libertad y de la inteligencia, y debemos ayudarlos a que se empeñen en asegurar esos valores. Porque es en las aulas donde se deben fraguar las armas que aseguren la vida democrática.


Arturo Rojas Huerta
publicado en la prensa  el 10 de agosto de  2010