viernes, 5 de octubre de 2012

SOLIDARIDAD



-Arturo Rojas Huerta-

 Mucho se habla de este valor, pero totalmente carente de significado, confundido con un vago sentimiento de malestar ante la desgracia de los demás.

Para que la solidaridad conduzca al desarrollo de los pueblos y al conjunto de hombres, debe ser verdadera, evidente, activa, perseverante, constante... porque la solidaridad es entrega, absolutamente opuesta al deseo egoísta que impide el verdadero desarrollo.

La solidaridad primero se debe practicar en la familia, luego en la comunidad, más tarde en la sociedad. El desarrollo y el bien de todos es también el mío y de cada uno.

La solidaridad es unión, mientras que el egoísmo es aislamiento. La solidaridad favorece el desarrollo; el egoísmo, la pobreza.

También aprovecha los bienes, los distribuye, los comparte, los multiplica; mientras que el egoísmo los corrompe, los hace estériles, los pervierte para hacerlos plataformas de podredumbre, de riquezas desbordantes de inutilidad y vergüenza.

La solidaridad es parte de nosotros porque está en la naturaleza misma del ser humano y se relaciona directamente con su también naturalísima tendencia social.

Por lo tanto podemos decir que las personas que se oponen a la solidaridad son —no sólo negativas—, sino también antinaturales; son señales patológicas en una persona que no reconoce la dignidad de la persona humana ni se ha dado cuenta —ciego de ambición—, de que todos somos verdaderamente responsables de todos.

Así como la solidaridad nos humaniza; la falta de ella nos pervierte, nos aleja y nos hace negar hasta nuestra propia naturaleza humana.

La falta de práctica de la solidaridad se evidencia en todos los ámbitos de la sociedad y más aún en la clase política; siempre tratando de anteponer sus intereses a los del pueblo, enfermos de ambición, egoísmo, perfidia buscan como beneficiarse y acomodarse mejor.

Practiquemos la solidaridad y no lo dejemos sólo para los estrados o discursos, que así todos saldremos adelante.


Publicado en La prensa, el 10 de febrero de 2010

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